Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Los grandes clásicos

Ignacio Gracia Noriega

Suetonio: La biografía de los Césares

Una de las obras de mayor influencia de la literatura latina

Las "Vidas de los Césares", de Suetonio, libro también conocido por el título de "Los doce Césares", es una de las obras de mayor influencia de la literatura latina. Esta influencia abarca aspectos diversos, desde el literario (Suetonio, junto con Plutarco. define el género biográfico corno una derivación de la escritura histórica) al moral, al político y al propiamente histórico. Si tenemos una idea sobre los primeros emperadores romanos se la debemos principalmente a Suetonio y a Tácito, ya que las "Vidas de los Césares" abarcan la misma época narrada por Tácito en los "Anales" y en las "Historias". Sus puntos de vista, coincidentes en algunos casos, y la agria condena moral, han creado la mala fama de personajes tan impresentables como Calígula, Nerón y Vitelio (faltaba Cómodo. que es posterior, para añadirle a esa galería de monstruos). A Calígula le presenta como un extravagante gladiador, auriga y actor trágico (en el mismo sentido que Nerón era poeta), que construyó una caballeriza de mármol y un pesebre de marfil para su caballo "Incitatus", al que "había decidido otorgarle también el consulado", aunque el historiador no está seguro de que sea cieno, pues acota: "Se dice"; de Nerón no es necesario recordar muchas cosas, dado que la novela "Quo Vadis", de Henryk Sienkiewicz, y la versión cinematográfica en la que Peter Ustinov lo interpreta de manera truculenta, le presenta como un modelo de maldad; y de Vitelio nos cuenta Suetonio que estaba "entregado sobre todo a la glotonería y a la crueldad". En uno de sus célebres banquetes fueron servidos dos mil peces de los más selectos y siete mil aves. Aunque en ocasiones daba la impresión de ser un gastrónomo refinado, que consumía en grandes cantidades, lo que es contrario al refinamiento, higadillos de escaros, sesos de faisanes y de pavos, lenguas de flamencos y lechecillas de morenas, si le entraba el apetito en un oficio religioso, irrumpía en los altares para comer las carnes de los sacrificios, y si estaba de viaje, entraba en las posadas y no le importaba que le sirvieran platos del día anterior y medio comidos por otros. Estos criminales viciosos y crápulas gobernaban el primer gran Imperio de la Humanidad, el más civilizador y de más duradera influencia, lo que da pie a una sombría reflexión sobre la esencia del poder, que no variaba de manera perceptible, estuviera a su frente un criminal maniático como Calígula o un hombre virtuoso como Marco Aurelio.

El estilo de Suetonio es menos riguroso que el de Tácito y su actitud moral es menos severa. Sus "Doce Césares", desde Julio César (que en rigor no fue "césar', sino que era César) hasta Domiciano, ofrecen un muestrario muy amplio de las bajezas y grandezas de la condición humana. La impresión que se saca de su lectura no es estimulante, en la medida en que ninguno de los biografiados compensa en virtud la maldad o la locura de Nerón o Calígula Aunque su versión de Augusto es más benévola que la que dan de él otros historiadores, no oculta los vicios de César y no se olvida de señalar que Trajano era "tacaño y avaro". A pesar de tanto loco, tanto receloso y tanto glotón, el Imperio se mantuvo miles de años y sobrevive hasta nosotros, que continuamos hablando latín y nos regimos por la antigua legislación romana.

Cayo Suetonio Tranquilo (70-150 d.C) fue un acreditado retórico que ocupó la secretaría de la cancillería de Trajano. Documentó sus biografías y estableció la norma de la biografía clásica, que va desde la familia y nacimiento del biografiado hasta su muerte.

La Nueva España · 7 junio 2015