Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Personas y hechos de Asturias

Ignacio Gracia Noriega

Escritos de Ovidio

Al tiempo que un grupo de conspicuos intelectuales de antaño se proclaman partidarios de Areces con ansias frentepopulistas, para robustecer una cultura asturiana de izquierdas, Ovidio Sánchez hace algo que algunos de esos conspicuos intelectuales (y los hay talluditos) todavía no consiguieron o no se les ocurrió hacer: publica un libro. Personalmente creo que Areces es el candidato más respetable y mejor que tuvo el PSOE después de Rafael Fernández. Pero ese frentepopulismo a lo «gauche divine» de hace treinta años está fuera de lugar, y ni siquiera estoy muy convencido de que le beneficie. Los «frentes populares» surgen para salvar algo, lo que no es el caso en la presente situación política, en la que nada peligra gravemente. En materia cultural, la izquierda sigue dominando como acostumbra. La consejera de Cultura, María Victoria Escudero, no sé si por incompetencia o ignorancia, no hizo otra cosa que política cultural al gusto de esos intelectuales, algunos de los cuales no perdieron comba en fastos, comedinchis y ferias de libro. La política cultural de Areces, encaminada a bibliotecas nocturnas y a las gentes de Natahoyo, no es precisamente la que hace felices a los «intelectuales» profesionales de «Casa Manolo» y «El Paraguas». Por ello tiene razón Ovidio cuando se refiere a las «posiciones políticas trasnochadas» de esa plataforma, conectando con lo que ya ha afirmado el candidato llanisco Félix Sánchez de Posada -un candidatos «de primerísimo orden», según el propio Ovidio-: que en estos momentos el PP representa posiciones de progreso. Mientras los «intelectuales» miran hacia la transición, Ovidio mira hacia Europa. La diferencia es evidente.

«Desde el Parlamento de Asturias», obra editada por la Fundación Melquíades Álvarez, lleva un título que parece ser del gusto de ciertos políticos asturianos que no limitan su expresión al lenguaje oral: el pasado año, José María Laso publicó una recopilación de artículos aparecidos anteriormente en «La Nueva España», con el título de «Desde mi atalaya», dándose la circunstancia de que el título del veterano y entrañable militante comunista remite a su punto de vista, y el del político centrista a un punto de vista común. No habla Ovidio como él solamente, sino que lo hace «desde el Parlamento de Asturias». Por tanto, estos escritos tienen, de una parte, un cierto sentido programático, y de otra, un ámbito más general que, en cierta medida, excede incluso las posiciones de partido político. En otro orden de cosas, podemos considerar estos textos como los pilares de una autobiografía política. «Desde la presidencia de la Cámara dos han sido mis preocupaciones principales» -confiesa Ovidio- «la apertura social de la institución parlamentaria y su inserción en el entramado europeo». La magnífica publicación de obras fundamentales, como la colección de Clásicos Asturianos del Pensamiento Político, revitalizada bajo el mandato de Ovidio, inserta al Parlamento dentro del movimiento cultural asturiano con mucho mayor vigor que instituciones aparentemente especializadas, aunque inútiles. En su prefacio, José María Gil Robles destaca de Ovidio que «su especial sensibilidad por el papel a desempeñar por los parlamentos en el futuro de Europa ha estado presente en toda su actuación».

«Desde el Parlamento de Asturias» es una recopilación de textos de diverso carácter (sobre la Junta General del Principado, sobre el Parlamento asturiano como camino hacia Europa, sobre la Constitución, sobre Asturias, sobre algunos personajes, etcétera), que muestran a Ovidio como parlamentario de buenos modales y formación, pensando simultáneamente en Asturias y en Europa. Aunque yo no comparto su optimismo europeísta, debo señalar la coherencia de su europeísmo. Algo que hemos de agradecerle, por insólito entre los políticos actuales, es que haya leído a Tocqueville: para un liberal, esto es una garantía. No estoy de acuerdo con su afirmación de que la transición ha sido el fenómeno político de mayor calado de la España del siglo XX, pero apreciaciones de este tipo siempre son discutibles. Artículos necrológicos sobre José Caso y Tomás y Valiente contienen conceptos nobles. El libro nos acerca a un político muy bien preparado, más realista que ideológico, sensato y razonable, con los pies sobre la tierra: sobre la tierra asturiana.

La Nueva España · 25 mayo 1999