Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Personas y hechos de Asturias

Ignacio Gracia Noriega

Tuña por don Zoilo

Los siglos de oro de Tuña, cuna de ilustres varones de la nobleza asturiana», por don Zoilo Méndez García, es un libro singular en la bibliografía de nuestra región, por su disposición, en primer lugar, y, en segundo, por su amplitud. La obra se divide en dos partes, las dos tituladas «Historia documental»: «Historia documental de Tuña, su etimología, topografía, estadística, Iglesia, archivos, párrocos, patronato, sus hombres, sus casas, sus genealogías, sus romances y casas de Santianes», es la primera; y la segunda, o libro segundo, «Historia documental de Riego, su ascendencia materna y paterna, su vida, persecución, muerte y actuales parientes». Tal parece como si la primera parte sirviera para enmarcar el escenario donde vio la luz primera el personaje que es protagonista de la segunda. Pero también se pueden considerar como dos libros independientes, y en este sentido es más interesante el primer libro que el segundo, aunque el segundo sea el que interese al autor del prólogo, Alberto Gil Novales, historiador muy considerado en el concejo de Tineo. Gil Novales coloca esta obra al lado de otras reivindicadoras de la figura de Rafael del Riego, que se publicaron a la llegada de la II República: «El pronunciamiento de Riego (Otra vez la Constitución de 1812)», de Cánovas Cervantes, Madrid, 1930; «Gloriosa vida y desdichada muerte de don Rafael del Riego (Un crimen de los Borbones)», de Carmen de Burgos, Madrid, 1931, y «Riego (Estudio histórico-político de la revolución del año veinte)», de Eugenia Astur, Oviedo, 1933. «Los siglos de oro de Tuña», impreso en los talleres gráficos Heredera R. P. del Río, en Luarca y en 1932, encaja sólo a medias en este panorama, ya que, en mi opinión, en esta obra Tuña es más importante que Riego, aunque tratando de los ilustres varones que nacieron en ella era inevitable que se le concediera el adecuado espacio al más famoso de ellos.

De su autor, don Zoilo Méndez García, únicamente conozco los datos que proporciona Alberto Gil Novales, tomados de «Españolito»: nació en El Franco en 1885 y se traslada a los diez años a Turón, donde su padre trabajaba en las minas. Ordenado sacerdote en 1911 estuvo de capellán en Caborana, donde participó en la organización de sindicatos católicos; también publicó un trabajo sobre «Arqueología y orfebrería eucarísticas», y colaboró en varios periódicos asturianos y en «El minero español» de Valladolid.

Cura en Trelles (Boal) y párroco de Tuña a partir de 1928, en esta etapa escribe su libro. En 1934 pasó a San Esteban de Dóriga (Cornellana), «y allí se encontraba cuando en 1936 estalló la guerra civil, en la que fue una de las primeras víctimas», según escribe sobriamente Gil Novales. No deja de resultar una atroz ironía que don Zoilo, el biógrafo de Riego, haya muerto al comienzo de una guerra en la que, quienes se abanderaban en Riego, de paso mataban a los curas.

El libro posee unas partes más notables que otras; sin abandonar las pocas páginas de «advertencias al lector», don Zoilo no tiene razón cuando afirma que se empezó a escribir en español en el siglo XIII, pero le sobra cuando lamenta: «Lástima ha sido que la formación de los archivos parroquiales no hubiera sido obligatoria en España hasta la confirmación de lo dispuesto por el Concilio de Trento». Tuña, no obstante, «gracias a la religiosidad de sus mayores», poseía un libro de «Fundaciones Pías», que el párroco se ocupó de reconstruir y por el cual pudo sacar genealogías «de fechas que se elevan a 1500 y aun anteriores». A fin de cuentas, como escribe don Zoilo, «Tuña, palabra que según creencia popular significa arca, y cuyo nombre reciben aún hoy en algunos pueblos de esta región las arcas que sirven de graneros, fijas y adosadas a una de las paredes de los tan conocidos arcas y paneras». Y este libro, «Los siglos de oro de Tuña», es, en consecuencia, también un arca, donde no grano, sino historia, ha guarda-do y preservado don Zoilo Méndez para enaltecimiento de Tineo.

La Nueva España · 11 junio 1995