Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Personas y hechos de Asturias

Ignacio Gracia Noriega

El culto a la Virgen en Asturias

Todavía nos acordarnos de aquellos días de la infancia en que el primaveral y poético culto a la Virgen era una piadosa costumbre asentada en esta tierra. Mayo era el mes de las flores y, por lo tanto, el mes de la Virgen. El poeta de «El libro de Aleixandre» escribe:

El mes era de mayo, un tiempo glorioso
cuando fazen las aves un solaz deleitoso,
son vestidos los prados de vestido fremoso,
do sospiros la dueña, la que non ha esposo.

También se exalta a mayo en el melancólico romance del prisionero:

Por el mes era de mayo
cuando hace la calor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor.

Mayo es más de fiestas, tanto profanas como religiosas, pormenorizadamente estudiadas por Ángel González Palencia y Eugenio Mele en su libro «La maya»; en su vertiente religiosa, su protagonista absoluta es la Virgen María. Hoy esas tradiciones se han perdido, o se están perdiendo, con excesiva rapidez. El laicismo y consumismo socialdemocrático sólo ve en mayo un anuncio del verano, que es el agosto de hosteleros, especuladores inmobiliarios y políticos intervencionistas sin imaginación; y en cuanto a fiestas, aunque cada vez hay más, se prefiere resucitar burdos paganismos, como los sucedáneos del Carnaval, a reconocer el profundo sentido de algunas celebraciones, como las de Santiago y la Virgen. Sin embargo, el culto a la Virgen es una de las herencias más hermosas que nos ha legado la Edad Media, «Le Moyen áge, énorme et délicat», que escribió Paul Verlaine. Y Charles Maurras afirmó» «El culto a la Virgen, la idea de Nuestra Señora, honor, gloria y alegría de la Edad Media».

Florentino Fernández Álvarez es, desde hace mucho tiempo, el gran estudioso de ese culto misterioso y delicado en Asturias. En 1988 publicó su «Historia mariana de Asturias». Ahora aparece su «Guía para visitar los santuarios marianos de Asturias», publicado por Ediciones Encuentro, y que, en rigor, es una ampliación de la obra anterior. De este culto dice Gabino Díaz Merchán en el prólogo: «La devoción a la Virgen María es característica del catolicismo del pueblo español. España es tierra de María Santísima. Y en España, Asturias es abanderada mariana por la profusión e importancia de sus santuarios dedicados a la Santísima Virgen. La Santina de Covadonga, con su santuario es "ensueño y piedra", enclavado en el corazón de los Picos de Europa, es universalmente conocida».

«Guía para visitar los santuarios marianos de Asturias» es una obra de devoción y de piedad, y también una guía monumental, histórica, cultural y geográfica, donde se aborda la tierra asturiana desde un ángulo nuevo: desde los muchos santuarios diseminados a lo largo y ancho de ella. Leyendo este libro encontramos lugares que no conocíamos y también muestras de una religiosidad que tal vez nos parezca lejana. El asturiano gozó desde antiguo fama de «hombre vano y mal cristiano»; pero el gran número de santuarios parecen insinuar otra cosa. Y como muestra de lo poético del culto, lo poético de los nombres: Nuestra Señora del Acebo, Nuestra Señora del Valle, Nuestra Señora de la Luz, Nuestra Señora de las Nieves, Nuestra Señora del Río.

«Estos lugares y advocaciones se nos presentan como miradores al Cielo -escribió Ángel García Prieto a propósito de este libro- y también, quizá, como puntos luminosos de una realidad histórica, cultural religiosa».

Algo más que un libro mariano, la «Guía» de Florentino Fernández es también un bello libro sobre Asturias.

La Nueva España · 2 de junio de 1991