Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Despedidas & necrológicas

Ignacio Gracia Noriega

Richard Attenborough: un lord de cine

Un realizador sin una personalidad artística definida, pero eficaz en sus trabajos

Richard Attenborough estuvo a punto de convertirse en el continuador de David Lean, después del éxito internacional de "Gandhi", una película en la línea de "Lawrence de Arabia" y de otras grandes superproducciones ("Karthoum", de Basil Dearden, por ejemplo), cuyo telón de fondo era la épica del imperio británico. Mas Gandhi renegaba de la épica, aunque su entorno fuera épico. Fue un personaje muy peligroso, que, como todos los pacifistas, parecía estar actuando a favor de los enemigos de Inglaterra en un "todo vale" que hubiera favorecido a los del paso de la oca. Pero la película exaltaba los buenos sentimientos y la corrección política, por lo que su éxito estaba asegurado de antemano: además, se había invertido mucho dinero en ella. Lo más sobresaliente del film fue el descubrimiento de Ben Kingsley, un acto que se parecía a Gandhi tanto como Peter O'Toole a Thomas Edward Lawrence (los dos eran más altos que los personajes que interpretaban), pero que, en sus carreras posteriores y respectivas, lograron interpretaciones magníficas con una gran versatilidad, sobre todo Kingsley, que lo mismo interpretaba a un nazi que a un judío, aun fanático que a un hombre de bondad arrebatadora, a un tipo mezquino que a un personaje shakesperiano.

Attenborough recorrió diversos escalones de la profesión cinematográfica antes de dirigir. Fue actor, y su primera película "Sangre, sudor y lágrimas", de David Lean y Noel Coward, rodada en plena guerra sobre el discurso poco complaciente de Churchill ("sólo os puedo ofrecer sangre, sudor y lágrimas") que es a la vez la mayor llamada a la esperanza escuchada por oídos humanos. Rechoncho y activo, Attenborough fue intérprete secundario de infinidad de películas inglesas de los años cuarenta y cincuenta. No se me olvidará en "Noche de pesadilla", en la que llegaba a su casa (una mansión en la que iba a haber una audición de "jazz"), se quitaba la chaqueta de calle y se ponía una de punto: cosa que desde que vi esa película hago yo todos los días. Interpretó películas tan inglesas como "Objetivo, el banco de Inglaterra", de Dearden, y superproducciones bélicas como "El Yang-tsé en llamas", de avise, hasta que su aparición en "Parque jurásico" le dio notoriedad mundial. Yo nunca me expliqué qué pintaba Attenborough en esta película o Alec Guinness en "La guerra de las galaxias": calculo que lo harían por dinero. Antes de dirigir produjo películas como "El amargo silencio", de Guy Green. Su dilatada carrera cinematográfica (a partir de 1942) le valió los reconocimientos nobiliarios como sir y lord. Y aunque Gandhi, a quien ensalzó, no fuera un amigo de Inglaterra, la película se vio en todo el mundo y dio una buena recaudación. Por lo demás, como director se adaptaba muy bien a los géneros, desde el musical ("Oh, what a lovely war!"), hasta las superproducciones de grandes presupuestos. No tenía una personalidad artística definida pero hacía bien lo que rodaba, y tratándose de películas caras, eso es lo que importa.

La Nueva España · 27 agosto 2014