Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

Henry James y los fantasmas

Nacido en Nueva York, en 1876 se instala en Londres y allí reside los cuarenta años siguientes

Henry James es el menos norteamericano de los grandes novelistas norteamericanos, por lo que no es de extrañar, según Straumann, que la influencia de su obra sobre los escritores de su país haya sido escasa, aun-que, continúa Straumann, "en sutileza y refinamiento no le ha sobrepasado ningún escritor norteamericano moderno". James pertenecía a una familia culta y opulenta de Nueva York, cuyos miembros pudieron dedicarse apaciblemente al cultivo del espíritu: su padre, también Henry James, fue un teólogo swedenborgiano (de ahí, acaso, le vino al hijo la afición a contar historias de fantasmas) y su hermano, el filósofo William James. El viejo Henry James no quería que sus hijos se educaran como provincianos, es decir, en Norteamérica. Henry James nació en Nueva York el 15 de abril de 1843 y estudió en Ginebra, Londres, París, Bolonia, y, por no romper la tradición familiar, ingresó en 1862 en la Facultad de Leyes de Harvard, que no tardó en abandonar, ya que aquellos estudios sólo le servían para perder el tiempo, en su opinión. Viajó entonces por Europa a la manera de los jóvenes ingleses de familias acomodadas que completaban su educación en el siglo XVIII realizando lo que ellos llamaban el "Grand Tour". Faulkner hubiera dicho que no se sabe que Homero y Shakespeare hubieran viajado y, no obstante, lo que escribieron no está nada mal. Pero James, de haber escuchado a Faulkner, cosa que no le fue posible hacer por motivos de edad, hubiera dicho que era un aldeano. En 1876 se instala en Londres y allí reside los cuarenta años siguientes. Al final de sus días toma la nacionalidad británica. Murió el 28 de febrero de 1916.

En 1873 publica su primera novela, "Roderick Hudson". Escritor incansable e inagotable, con todo su tiempo disponible para dedicarlo a su obra, a diferencia de Flaubert, que aún dedicando también su tiempo a escribir publicó poco, James es autor de novelas largas y cortas, cuentos, viajes, memorias, teatro, ensayos y numerosos y esclarecedores trabajos de crítica literaria, siendo él y un escritor tan distinto como Joseph Conrad quienes introducen el "punto de vista" en la novela moderna. Según Conrad, "James es el historiador de las conciencias refinadas". La descripción de esas conciencias le convierte en un escritor psicológico, lo que hoy pesa sobre su lectura. Según su teoría, los personajes son la determinación de los incidentes, los incidentes son la ilustración de los personajes y la novela es poner orden en el caos de la vida. El "punto de vista" es su método para ordenar la acción. Alguien que observa conduce al lector a través de la acción, por ejemplo, la mirada de la niña en "Lo que Maisie sabía". Por lo demás, su mundo es un poco acartonado. "Es como si en lugar de describir un escenario teatral como tal lo describiera como si fuera la naturaleza", señala Ezra Pound. Por su meticulosidad y detallismo puede caerse en la tentación de compararle con Proust: pero en James tiene importancia el argumento, aunque lo desarrolle con exasperante (a veces) lentitud. Sus escenarios son Inglaterra e Italia, principalmente, y una especie zoológica que empezaba a hacerse notar por el mundo: el norteamericano rico que viaja a Europa a pasmarse con la vieja cultura y, de paso, a ver si casa a sus hijas con personas de rancio abolengo. "Washington Square", "Las bostonianas", "Los embajadores", "Retrato de una dama", "La princesa Cassamissima", "El americano", "Las alas de la paloma", "La copa de oro" figuran entre sus novelas. Henry Adams escribió que "había enseñado al mundo a leer un libro por el placer de ver las luces de su cristal incandescente proyectadas sobre los lados alternos de su una misma figura".

La Nueva España · 6 marzo 2016