Ignacio Gracia Noriega
De la cumbre a la boca del pozo
La pusilanimidad y la indefinición ideológica de Rajoy arrastran electoralmente al PP
Las elecciones municipales en España a veces ofrecen unos resultados que exceden el motivo de la consulta. En 1931 trajeron la segunda república a causa de la medrosidad del Borbón de turno y las de mayo de 2015 trajeron a Podemos. Ciudadanos y demás debido en buena parte a la pusilanimidad de Rajoy. En política ser pusilánime es más nefasto que ser osado, y ya hemos visto a dónde condujo al gobierno del PP su indefinición ideológica, su corrección política y considerar que el Gobierno de un país se reduce a sacarle de una situación económica calamitosa. En este aspecto, la labor del equipo de Rajoy fue muy meritoria y digna de elogio: con los socialistas íbamos directamente encaminados al abismo del rescate y el gobierno del PP nos ha alejado de aquella situación angustiosa, bien que a cambio de que ese partido se encuentre en este momento en la boca del pozo del desastre político, con la posibilidad de no recuperarse para las próximas elecciones generales. En cualquier caso, yo no veo tan desastroso el gran varapalo al PP, ya que habiendo demostrado Rajoy su total incapacidad para gobernar con mayoría absoluta, a lo mejor gobernando con minoría resulta ser un gran gobernante En cualquier caso, el aviso ha sido muy seno ha perdido buena parte de su electorado foráneo y es de esperar que no haya perdido también al electorado natural de la derecha, ya que en esta ocasión esos electores se han quedado en su casa Confiado en que esos electores le votarían por el miedo al triunfo de la izquierda. Rajoy se permitió despreciar al importantísimo voto católico con su marcha atrás en la cuestión del abono y a los que se sienten españoles plegándose a los separatistas Sumiso, aseado, cumplidor, obediente y sin ideología, prefirió hacer guiños amistosos a quienes jamás le entregarían su voto a cambio de que no le consideraran "carca", que a quienes se consideran de derechas, porque no tienen a otro partido que votar que al PP. Lo grave, y ahí quedan los resultados, es que no se puede hacer política socialista (subida de impuestos, mantenimiento de la memoria histórica y del desmadre autonómico, condescendencia con los separatistas, etcétera) con el voto de la derecha El experimento era absurdo y fracasó.
Ahora le toca asomar la cabeza a los osados, que administrarán algunas parcelas del poder municipal y autonómico. No tienen la menor experiencia de gobierno pero saben vender su producto, cosa que el PP es incapaz o no le interesa. Su ideología, de la misma manera que la de Rajoy y Pedro Sánchez es inexistente, es puro voluntarismo con olor a naftalina: ni que estuviéramos en el Tercer Mundo o en 1917. Por otra pare, ofrecen demasiado y muchas cosas que son imposibles de cumplir, por lo que es previsible que se desinflen antes de noviembre. Ésta es una de las esperanzas del PP Que, desde luego, no puede soñar con repetir lo que tuvo y desperdició o dilapidó.
La Nueva España ·4 junio 2015