Ignacio Gracia Noriega
Una novela epistolar
Primera traducción digna al español de "La expedición de Humphry Clinker", de Tobías Smollett
El siglo XVIII inglés es prosaico entre dos espléndidos siglos poéticos: el XVII, del último Shakespeare, de los dramaturgos de la época del rey Jacobo, de los poetas metafísicos, de Milton, y el XIX de los grandes poetas románticos, de Wordsworth, de Coleridge, de Byron, de Shelley (que aunque era un "progre" de libro, no por eso no era un buen poeta), y de Keats. Pero no se crea que la prosa inglesa dieciochesca era mezquina e incolora como la española de la misma época, tanto en prosa como en verso, sino que fue la del doctor Johnson, la de Edward Gibbon y la de los novelistas que dieron forma a un género que el siglo siguiente adoptaría su forma y se haría universal. Medio en broma, Juan Benet afirmaba que, literariamente, los ingleses proceden de Cervantes, los eslavos de Shakespeare, los alemanes de Goethe y los argentinos de Poe. La novela inglesa del XVIII, procedente de Cervantes de manera explícita (Henry Fielding subtitulada su "Joseph Andrews" son caricaturas amables y eruditas de Don Quijote y Sancho Panza), presenta una notable variedad externa que va desde la novela sentimental de Richarson a la episódica de Henry Fielding, en quien la introspección es sustituida por la narración, a la novela de aventuras inaugurada en su fase moderna por "Robinson Crusoe", de Daniel Defoe, quien elabora dos motivos principales, el del naufragio, procedente de "La Odisea" y el del amo y el criado que vienen a ser otro trasunto de caballero manchego y de su criado con buen sentido (aunque Defoe, llevado de la época, prefiere ver en Viernes a una variante del "buen salvaje", que ya había descrito Shakespeare con otra perspectiva en la monstruosa figura de Calibán). Lawrence Sterne, con su "Tristram Shandy", escribió una de las novelas más originales de su tiempo, y si se quiere también de éste: por la puerta abierta por Sterne se llega a "Ulises" sin dificultad En cuanto a Tobias Smollett (1721-1771) es, de estos novelistas, el menos difundido y el menos conocido en España. Su novela "Roderick Random" se cita con frecuencia y "Sir Lancelot Greves" es "un mal remedo del Quijote", del que Smollet fue traductor. Ahora KRK publica "La expedición de Humphry Clinker", su última novela y su primera traducción digna y completa al español. Refiriendo un viaje y ocupándose del colonialismo y de la corrupción política enriquece el género epistolar.
"Humphry Clinker" es una novela epistolar: esto es, de relatos y opiniones. En las cartas se cuentan cosas, algunas fragmentarias (recuperándose el hilo cartas adelante) y se opina con desenvoltura. En esta novela hay un viaje, con itinerario preciso, y a diferencia de las novelas epistolares de Richardson, donde el asunto es la peripecia amorosa, aquí hay ocho remitentes y seis destinatarios que dotan a la correspondencia de variedad y complejidad, y por detrás del hilo de las cartas se tejen historias y se afirman puntos de vista y hasta posiciones políticas y demográficas.
A diferencia de la narración pura de "Tom Jones" o "Robinson Crusoe", aquí se manifiestan diferentes voces narrativas y, lo que es muy importante, las escuchan diferentes personajes, lo que implica variaciones sobre el punto de vista (y de oído), que serán desarrolladas más adelante por otros autores. Smollet hace avanzar la novela epistolar hacia la novela, en tanto que las novelas epistolares al uso, "Werther" incluido, era introspecciones sobre sentimientos preferentemente amorosas. Smollet, refiriendo un viaje y ocupándose del colonialismo y de la corrupción política, enriquece el género con aspectos externos, de carácter narrativo (el viaje) y social (las opiniones).
La Nueva España · 24 julio 2014