Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

El Presidente, a dieta

Consejos para comer sin sal en época de alimentos ligeros y saludables

Al presidente del Principado le pusieron a dieta: le quitaron la sal, le pidieron que trabajara menos. No sé cómo son capaces los políticos de trabajar tanto. Trotski le escribió a una hija de Jack London agradeciéndole el envío de unas novelas de su padre y disculpándose porque no tendría tiempo de leerlas. Tenía tanto trabajo... ¿No hubiera sido mejor que Trotski, que tenía mucho mejor sentido literario que Lenin, hubiera leído a London en lugar de organizar una revolución que tanta desgracia y horror produjo a la Humanidad? Pero lo cierto es que los políticos de izquierda tienen fama de trabajadores en tanto que los de derechas la tienen de vagos. Yo no aconsejo al Presidente que imite a la derecha, porque ya bastante es que la derecha imite a los socialistas, pero digo yo que si trabajara menos a lo mejor no pasaba nada, y era mejor para su salud, se entiende... Yo percibo que el presidente de Asturias es un hombre tranquilo, discreto, que no habla más de la cuenta y, por lo general, no habla nunca, lo que es muy estimable en un político... Sin embargo, y a pesar de ser tan tranquilo, tuvo un encontronazo cardiaco del que se recupera, pues le quedan por delante decenios de presidencia ya que tal parece que la única función de la derecha en Asturias, sea la de Pedro o sea la de Juan, es impedir por los procedimientos que sea que gobierne la derecha. En fin, no sólo en Asturias. Rajoy está demostrando que es incapaz de gobernar con mayoría absoluta de manera que según las encuestas ya la ha perdido hace tiempo. Esto se lo contamos a Tocqueville y no se lo cree, aunque si previamente le decimos que hay un lugar en el planeta donde ganando la derecha por mayoría absoluta está gobernando la izquierda, creerá cualquier cosa.

Un presidente a dieta es cuestión delicada. Un padre de la Iglesia tuvo que dejar de ayunar porque el ayuno le ponía de mal humor. Esperemos que la comida sin sal no afecte el humor del presidente asturiano. Hace muchos años comíamos en Casa Fermín los de la Cofradía de la Mesa y en una mesa próxima comía Rafael Fernández en compañía de gente importante. De pronto, Rafael Fernández se puso en pie y, dirigiéndose a nosotros, dijo: "A los de esa mesa tengo que echarles una bronca". Juan Santana, que estaba a mi lado, como persona de derechas respetaba muchísimo a los socialistas, por lo que me increpó: "¿Qué le hiciste, Ignacio, qué le hiciste?". Lo único que yo había hecho era escribir artículos detallando aquellas comidas y que a Rafael le daban envidia. En realidad, según demostró Arturo Cortina, su problema cardiaco no era grave aunque algunos "compañeros" lo habían aprovechado para moverle la silla y defenestrarlo. Es rigurosamente histórico.

Espero que al actual presidente no le hayan organizado una "gatada" como aquella. Y espero también que su dieta sea llevadera. A todo se acostumbra uno. Además, estamos entrando en una buena época para las comidas ligeras y saludables: es la época de las setas y del esplendor de la huerta, el reino de la menestra y pronto de los pescados que hacen la dieta más llevadera.

La Nueva España · 3 abril 2014