Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Mirador de sombras

Ignacio Gracia Noriega

Anacronismo y futuro

La relevancia de que la representante española en Eurovisión cante en inglés

Que la representante española en el festival de Eurovisión cante en inglés es un absurdo, bastante estúpido, pero no irrelevante. Hace años representar a España en Eurovisión era como ser embajador ante la ONU, pero con los nuevos tiempos, Eurovisión, que siempre ha sido una horterada, fue sustituida en la querencia de los comisarios de la "industria cultural" por los "Oscar" que concede la Academia de Hollywood: ahí sí que "flipa" (¿se escribe así?) el personal cualificado, hasta el extremo que anualmente montan una parodia sonrojante que a la larga no se sabe si tiene que ver con el cine o con seguir las consignas de "la gente de la ceja". En cualquier caso, Eurovisión es ahora un anacronismo como los dinosaurios, y cada vez concurren en él intérpretes más insignificantes, incluidos los que ostentan la representación española. La cantante de turno, en esta ocasión, canta en inglés: ¡olé la gracia! Cuando el cantante "progre" Serrat quiso cantar en catalán se armó la marimorena por parte del Gobierno de aquel tiempo. Ahora a nadie le extraña que una representante de España, aunque sea en algo tan casposo como Eurovisión, utilice la lengua del imperio. En primer lugar, no creo que Eurovisión interese a muchos (es una fórmula que se agotó, como la de "Gran hermano"), y algunos hasta creerán que esa cantante anglosajonizada está muy "puesta al día" aunque vaya a un anacronismo.

Parece que se pretende que el inglés sea la lengua de uso en España. Por mal camino vamos, ya que la enseñanza del inglés entre nosotros es de las peores de Europa según una estadística recientemente publicada. Y es que los ingleses porque son imperio y los españoles porque lo fueron se resisten a hablar lenguas extranjeras como si estuvieran en un libro de Curzio Malaparte. Se nos dice, sin embargo, que el inglés es "la lengua del futuro". ¿Quién puede prever el futuro en un mundo tan inseguro y cambiante como éste? De todos modos, yo considero que la pedantería anglosajonizante es más peligrosa que el separatismo, porque, a fin de cuentas, el separatista cree en una patria aunque sea ridícula y excluyente y pretenda expresarse en lenguas que hace siglos que dejaron de hablarse. Pero con la globalización anglosajonizadora el apego a las cosas propias acabará desapareciendo: se hablará en inglés de aeropuerto, se vivirá en los aeropuertos y se comerá insípida cocina internacional. Los jóvenes españoles aspiran a trabajar fuera de España para ganar muchísimos dólares y para ello están dispuestos a hacer "masters" donde sea y a chapurrear la lengua imperial, ignorando que con la suya también se pueden entender en todo el mundo: pero no es la lengua de las multinacionales. ¡Como si todos fueran a ser contratados por multinacionales! La enseñanza en cualquier país debe hacerse en la lengua de ese país porque se supone que los estudiantes una vez licenciados ejercerán sus carreras en ese país. Por lo que es de un pesimismo desolador que en España tantísimos jóvenes aspiren a trabajar en el extranjero. Y si lo propone la futura reina, grave error político.

La Nueva España · 27 marzo 2014