Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


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Ignacio Gracia Noriega

Una extraña democracia

Produce estupor que para la TV del gobierno, que no de "todos los españoles", a lo largo de esta campaña electoral, el mapa político de España queda reducido a los dos partidos de extrema izquierda, al de la derecha complaciente y a los separatistas. No pondré siglas para no interferir en la mencionada campaña electoral. Pero es significativo que en los debates televisivos, incluido el que agrupa a los partidos contendientes, no se considere a otros partidos que a los mencionados arriba. Lo demás parece ser que no existen, quién sabe si por no atenerse a la norma o a la dictadura del número. Se podrá argumentar que sólo se cuenta con aquellos partidos que poseen un número estimable de electores, aunque ya Tocqueville advertía del peligro, para la democracia, de basarlo todo en los números. Otra cuestión en la que no se repara es que los candidatos son tan importantes o más que los programas de los partidos. Los programas serían letra muerta si no los llevaran a efecto (o los traicionaran, que de todo hay) los candidatos elegidos. A este respecto, se le está reduciendo la expresión de manera muy considerable al candidato Francisco Sosa Wagner, acaso el único que en esta campaña habla del asunto de la misma y no del vestuario de un político profesional o de aviones militares empleados en cometidos partidistas. El señor Sosa Wagner, que no es un político profesional, sino un ilustre catedrático de Derecho Administración, puede representar una esperanza y una posibilidad para numerosos electores que no parecen dispuestos a votar bajo ninguna circunstancia los partidos al uso. Es lástima que sólo pueda haber son sordina, no sólo por los votos que a causa de ello pueda no recibir su partido, sino porque, por una vez, los electores aprenderían algo del discurso, coherente y bien documentado, de este candidato. Para una vez que un candidato tiene cosas que decir, no le dejan hablar.

La Nueva España · 3 junio 2009