Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, De Transición y copas

Ignacio Gracia Noriega

La FUDE y el sindicalismo universitario

El crecimiento de los movimientos estudiantiles en Asturias durante la dictadura franquista

Según Juan Cueto, detrás de Fenestra Universitaria estaba FUDE; según José Azpiroz, en aquella época en Oviedo, FUDE no estaba ni se la esperaba. Es más probable lo segundo que lo primero. Entre la desaparición forzada de «Fenestra», y de la marcha a la Universidad de Madrid de algunos estudiantes muy activos en el aspecto cultural como Mariano Antolín, Pepe Avello, no sé si Alfredo Deaño o éste ya estaba en Madrid, etcétera, en la Universidad de Oviedo se hizo, como en el Apocalipsis, «un silencio como de media hora». Yo todavía no estaba en la Universidad, de manera que sólo puedo hablar de ella de oídas, o por lo que me contaban Juan Cueto y Paco Fierro, o mi primo Santiago González Noriega de la Universidad de Madrid. La actividad política, en cualquier caso, se desarrollaba al margen de la Universidad y el suceso más destacado (y comentado) de aquella época fue la precipitada fuga de Eduardo Rico, conocido periodista ovetense, de quien se había descubierto que era el jefe del «socorro rojo» en Asturias. Lo de «socorro rojo» tenía un aspecto truculento y quién sabe si fantasmagórico que uno, acostumbrado a películas de «guerra fría» en blanco y negro, no acababa de creerse del todo. Eduardo Rico era un periodista brillante y culto, de quien se contaba que bebía compuestas y que tenía un par de cavernas en los pulmones: era cuñado del también periodista Manolo Avello, que se rumoreaba que le había facilitado la fuga. No obstante, es extraño que no se mencione a Eduardo Rico en libros como «Los comunistas en Asturias, 1920-1982», coordinado por Francisco Erice, o «Dos décadas del movimiento cultural y universitario en Asturias (1957-1976)», de Luis Alfredo Lobato, aunque no dudo que estén escritos con el «rigor científico» que la camarada Mari Rodríguez Castellano exige a cualquier cosa que se publica. Tampoco se menciona a FUDE. De hecho, los comunistas empezaron a copar y dirigir el movimiento universitario en Oviedo un poco más tarde, aunque el primer comité de Oviedo, según me contó José Antonio López Brugos, se constituyó en la Universidad.

La FUDE (Federación Universitaria Democrática Española) era una especie de nostalgia del sindicato universitario de la época de la república, mientras que el FELIPE (Frente de Liberación Popular) tenía un aspecto menos «técnico», por así decirlo, y andaba fascinado por las revoluciones «latinoamericanas», las convulsiones del sudeste asiático, el anticolonialismo, la lucha armada y la guerrilla urbana, el socialismo argelino y cosas así. Confieso que en aquellos tiempos no oí hablar una sola vez de la posibilidad de la democracia parlamentaria como alternativa al franquismo, y si alguien era tan ingenua como yo para insinuarla, los «ideólogos» se indignaban como si se mencionara la «bicha» entre gitanos: ¡la «democracia burguesa», hasta ahí podíamos llegar! De manera que si la actual democracia «a la española» está saliendo tan bananera se debe a que la derecha siempre desconfió del sistema y la izquierda únicamente lo consideró, en el mejor de los casos, como una especie de plataforma permisiva por la que se pudiera alcanzar la «sociedad sin clases» gracias a la «dictadura del proletariado». Luego ya la derribarían a tiros, como el PSOE intentó hacer en 1934, si antes no se caía por sí solo.

El gran figurón asturiano del FELIPE era don Ignacio Quintana Pedrós, de vozarrón imponente y pelambrera negra poderosa. Un «día de la cultura» en Los Maizales apareció por allí «en gloria y majestas» y Miguel Muñoz y otros del MC le rodearon embobados, como si hubieran visto al paráclito. Después de hacer guardia en muy malas garitas, entró de la mano de Eduardo Mangada en el recomendable puerto del PSOE triunfador y al poco tiempo le hicieron concejal de Madrid, subsecretario de Cultura y poco menos que comisario (político) de los fastos sevillanos del 92, justa recompensa por haber colaborado en los «Cuadernos del Ruego Ibérico» con el seudónimo de «Ramón Bulnes», certificación de su querencia hacia los Picos de Europa, que en los días de gloria efímera intentaría utilizar como punta de lanza para conquistar Llanes.

Cosa curiosa: en una película de Jaime Camino sobre la fuga del hijo de Sánchez Albornoz del Valle de los Caídos, sale un jerifalte del SEU interpretado por Juan Echanove con camisa azul y correaje llamado «Quintana Macho». Calculo que este nombre obedecerá a alguna cuenta pendiente con «Nacho Quintana». Tal vez, siendo subsecretario, negó alguna subvención a los peliculeros.

Muñoz Molina señala en un artículo, «El intelectual responsable», que muchos de aquellos que fueron tan de izquierdas derivaron con el tiempo a «un conservadurismo sombrío o a una indiferencia cínica y en el fondo confortable, cuando no a otra seducción no menos letal, la del nacionalismo». Algunos, como Roger Garaudy, se hicieron islámicos, sobre todo si maneja pistolas y bombas, es bastante frecuente: ahí está, sin ir más lejos, el impresentable Alfonso Sastre.

La FUDE que yo conocí tenía la obsesión de la clandestinidad: como si estuviéramos en la Resistencia francesa. Copio unos párrafos de una carta recibida de Madrid, fechada el 6-V-63: «En cuanto llegué a Madrid, me hablaron de un amigo de Oviedo con el que os tenéis que poner en contacto en seguida; se llama Merino y estudia primero de Derecho, al parecer podéis hablarle directamente. Además, conviene que tratéis a Luis Amor F. Valdés de 2.º de Comunes (adjunto tarjeta), que al parecer es buen chico. Insisto que veais, si no lo habéis hecho todavía, a Jorge Suárez Revilla». Y no debimos verlo, Juan Cueto o yo, porque no le recuerdo. Sí recuerdo a Roberto Merino, aunque no estoy seguro de haber tenido mucho trato con él.

Los planteamientos de FUDE eran más sindicales que políticos y revolucionarios, como los del fantasmagórico FELIPE, que aspiraba a hacer la revolución total y acabó en manos de jóvenes cristianos entusiastas. En realidad, se trataba de un contrapeso, detrás del que se encontraban desde la CIA a la Casa Real por la vía de José Luis Leal, ante el previsible protagonismo que había de adquirir el PC como cabeza y guía de la oposición universitaria al régimen.

Como a veces se habla de FUDE y se sabe poco de ella, reproduzco sus estatutos. Se verá que son estatutos muy normales en un sindicato, en los que no hay locuras ni disparates, tan corrientes en las reuniones clandestinas cuando se desbocaba la oratoria:

1.º La FUDE es un sindicado libre de estudiantes que tratan de agrupar a todos los universitarios disconformes con el sindicato obligatorio, canalizando y coordinando eficazmente sus actividades.

2.º La FUDE actúa únicamente en el ámbito universitario y no supone en sus miembros ninguna ideología determinada, planteándose sólo problemas referentes a la Universidad, al sindicato y a la relación de ambos con la comunidad nacional en su conjunto.

3.º La FUDE no tiene carácter político, no es un pacto entre grupos políticos ni acepta directrices de ningún partido político.

4.º La FUDE se constituye a escala nacional, conforme a uniones de carácter federativo.

5.º La FUDE se considera democrática en un doble sentido. En primer lugar, porque esta estructura da una forma representativa a todos los universitarios a todos los niveles. En un segundo lugar, porque lucha por una Universidad abierta a todos los sectores de la sociedad española, la cual sólo puede lograrse cuando existan determinadas libertades públicas.

6.º La FUDE, en consecuencia, reivindica:

– El derecho a la libertad de pensamiento y de conciencia.

– El derecho a la libertad de expresión docente y discente.

– El derecho a la libertad de reunión y de asociación, que incluye el derecho de libre sindicación.

– El derecho a la libertad de enseñanza.

7.º La FUDE preconiza la responsabilización de la Universidad ante los problemas que afectan a la comunidad nacional y por tanto su participación activa en la solución de los mismos.

8.º La FUDE propugna la libertad de enseñanza en todos sus grados.

9.º La FUDE es partidaria de establecer contactos con todas las organizaciones estudiantiles extranjeras e internacionales de carácter democrático.

10.º La FUDE se hace cargo de la defensa y protección de aquellos universitarios que hayan sido lesionados en sus intereses por los poderes públicos establecidos.

11.º La FUDE lucha por la satisfacción de las principales necesidades materiales, culturales y morales de los universitarios, comprometiéndose a realizar cualquier acción útil encaminada a este fin.

Esto era la FUDE sobre el papel: nada del otro mundo, pero en un mundo democrático, naturalmente. Como el régimen anterior era una dictadura, se podía ir a la cárcel por pertenecer a FUDE, como a cualquier otro sindicato independiente. Pero distaba mucho de ser un movimiento revolucionario, aunque, verdaderamente, la defensa de los derechos elementales, como en este caso, es la única revolución posible y útil.

La Nueva España · 8 junio 2009