Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


Gracia Noriega, Despedidas & necrológicas

Ignacio Gracia Noriega

Doña Jesusa

Fue gran cocinera, ama de casa y mujer de organización

Al cabo de una larga vida fecunda muere doña Jesusa Pertierra después de pocos años de decadencia. Desde tierras de Tineo llegó a Oviedo llena de energía y de saber. Era una gran cocinera, ama de casa y mujer de organización. Casada con Conrado Antón, hombre grande y afable, con nombre de alto dignatario del Sacro Imperio Romano Germánico, según escribió Jesús Evaristo Casariego, marcharon ambos a Oviedo con el objeto de dar de comer y beber bien a sus semejantes: oficios nobilísimos, muy propios de las gentes de Tineo. Establecido en el Auto-Bar, en la calle de Melquíades Álvarez, el matrimonio compuesto por doña Jesusa y Conrado lo convirtió en el gran escaparate en la capital de Asturias de las excelencias de la cocina de la zona occidental de la región. El lacón con grelos fue el plato estrella, la nave almirante del Auto-Bar. De aquí, a la sombra de la iglesia de San Juan, pasaron al restaurante Cervantes en la calle Jovellanos, y seguidamente, atravesando la cordillera, se establecieron en la gran llanura, en Medina de Rioseco, con un rótulo que delataba sus orígenes, el Bar Asturias, etapa obligada de numerosos asturianos que se desplazaban por esa ruta. Al Bar Asturias entró un día el veterano periodista Luis Puente y exclamó: «¡Ancha es Castilla, y aquí encuentro a Conrado!». Y al lado de Conrado, doña Jesusa, porque al lado de todo grande hombre siempre hay una gran mujer. Conrado era grande en todos los órdenes: en el físico, en el personal, en el empresarial. Puso los cimientos de grandes negocios del ramo de la hostelería. Primero, Casa Conrado, uno de los mejores restaurantes asturianos de toda época. Después, Marcelo Conrado, el hijo mayor, funda La Goleta. Y Javier, el hijo pequeño, aunque más alto, muestra una inagotable inquietud intelectual. Fue concejal del Ayuntamiento de Oviedo y siempre está al día de las últimas novedades. Doña Jesusa, mujer dulce, trabajadora, discreta, formó una familia y creó una tradición culinaria en Oviedo. «Son muchos años de Conrado y Jesusa desde el lejanísimo Auto-Bar...», evocaba Emilio Alarcos, cliente fijo de todas las casas en las que estuvo establecido Conrado. En sus restaurantes se formó una gran familia: Alarcos cita a Saturnino y Pelayo de Casa Conrado, a Ángel y Juan Carlos de La Goleta. Podríamos añadir a Pichi, a Lope, a Rosa y, naturalmente, a la «tercera generación», a Laura en La Goleta y a Javi en Conrado. Todos han quedado huérfanos con la muerte de la matriarca. Doña Jesusa ya era historia (historia mayor de la hostelería asturiana); ahora es presente eterno, pues su nombre perdurará mientras en Asturias no se pierdan los buenos hábitos de comer bien y beber bien.

La Nueva España · 5 abril 2011