Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


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Ignacio Gracia Noriega

Un acontecimiento histórico

El triunfo del «único político de derechas con determinación de ganar»

El 1 de enero de 2011 Cascos era un político sin partido (en la cuneta, podría decirse) y el 23 de mayo del mismo año es presidente del Principado de Asturias. Se comentará este triunfo por historiadores y sociólogos cuando los nombres de Areces y Gabino de Lorenzo, de Z. y de Rajoy se hayan desvanecido en el viento. Cosa parecida no se contemplaba en Europa desde que Napoleón abandonó la isla de Elba prácticamente solo y al poco tiempo volvía a instalarse en París. Este triunfo casi es de cuento de hadas. Cascos, también prácticamente él solo, consiguió movilizar e ilusionar a una región desmoralizada y arrasada que, como escribió el clérigo ingles Edward Clarke en el siglo XVIII, no parecía en poder de sus propietarios, sino del enemigo. Prisionera Asturias de un PSOE servil a Ferraz con la complicidad de un PP acomodaticio y resignado, que jugaron en Europa, para vergüenza nuestra, el papel del PRI (esa constante tentación del socialismo hispánico de raíz felipista) y del PAN, el partido de la oposición que sólo servía de «sparring», parecía imposible que las cosas pudieran cambiar con el material que había. Mas cuando las primeras encuestas anunciaron que el PP ganaría en España, incluso en Asturias, los dirigentes asturianos se alarmaron, y no se sabe si por miedo a que al PSOE le pareciera mal su victoria y no los considerara a partir de entonces «políticamente correctos» o por no tomarse el trabajo de gobernar, capitaneados por un «condottiero» a la deriva llamado Gabino de Lorenzo, se obstinaron en hacer las cosas lo peor posible, con la bendición de Rajoy, para que las cosas continuaran como estaban. A Gabino, en último término, le bastaba seguir de alcalde de Oviedo con mayoría absoluta. Ahora ha perdido la mayoría absoluta.

El gran derrotado de estas elecciones no ha sido el PSOE, sino el PP. No lo olvide Rajoy para la buena marcha de sus asuntos. No puede gobernar España próximamente, tal vez pasado mañana ya, el mismo partido que en Asturias sólo ha ganado malamente en media docena de municipios de los casi ochenta de la región.

De Asturias surgían los grandes ministros de Carlos III y Carlos IV, según escribió Madariaga y tan bien sabe Cascos; también algunos del PP, como Rato o el mismo Cascos. En Asturias sólo quedó el lastre y un único ganador, el alcalde de Oviedo, que al fin ha encontrado la horma de su zapato por imitar más de la cuenta e irresponsablemente a Hormaechea. Gabino de Lorenzo fue el mejor alcalde de Oviedo del último medio siglo, mas para el PP y el resto de Asturias resultó nefasto. Vuelve ahora Cascos con un triunfo que será leyenda en la decaída vida política española de esta segunda restauración. Es el único político de derechas que ha mostrado determinación de ganar y ha ganado. Esperemos que haya abolido de una vez la endogamia crónica de la derecha española. Pues no le ha votado sólo la derecha descontenta. Le ha dado el triunfo el voto independiente de Asturias.

La Nueva España · 24 mayo 2011