Ignacio Gracia NoriegaIgnacio Gracia Noriega


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Ignacio Gracia Noriega

Los carnés prehistóricos

Debe disculparme don Juan Menéndez Jeannot por haberle confundido con su hermano. Cuando se confeccionaban los primeros carnés de la Agrupación Socialista me dieron su nombre, y como yo a quien conocía era a su hermano, anoté «Carlos», razón por la que recientemente escribí que nunca le había visto por los alrededores del PSOE, al menos en aquella época.

El sistema seguido para la confección de los «carnés», de cuya elaboración material se ocuparon, principalmente, Covadonga Díaz Friera y Pepín el de Latores, fue como sigue. Para evitar que hubiera discusiones sobre el número que le correspondería a cada uno, suponiéndose que un número bajo significaba mayor veteranía que uno alto, se optó por reservar los diez o doce primeros carnés a los veteranos indiscutibles, que habían permanecido vinculados al partido incluido en los peores momentos; los siguientes corresponderían a los militantes que tuvieran las cuotas al día, y los últimos «carnés» se reservaban para los miembros del comité local para evitar comentarios en el sentido de que los que hacían los «carnés» se otorgaban los primeros números. Todas estas precauciones en realidad tenían muy poca importancia, ya que el número de militantes era muy reducido, y sí, a un vocal del comité local como Pepín el de Latores le correspondió el número 51. Es decir, uno de los últimos.

El número 1 fue para Marujina Fierros, veterana socialista que atravesaba un mal momento económico. En principio se había reservado ese «carné» para Emilio Llaneza Prieto, a quien más tarde se nombró presidente de la Agrupación ovetense, con carácter honorario, pero éste dijo que ese número le correspondía por derecho a Marujina, quedando él con el número 2. Otros primeros números fueron para José Alcaide Albajara, Cabal, Mateo el del Caserón, los del restaurante Niza, Leonardo Velasco y los de la sección de Latores, que había sido la única que mantuvo cierta actividad durante la dictadura. Aquellos carnés eran una cartulina roja que se abría en forma de libro: en la portada figuraban el nombre y la localidad del militante, en el interior se pegaban las constancias de las cuotas abonadas y en la contraportada figuraba el antiguo escudo del partido socialista de Pablo Iglesias: el yunque con el tintero, la pluma y el libro abierto, que no tardaría en ser sustituido por el descafeinado emblema del puño y la rosa, que llegó de Alemania y tan vinculado al felipismo y ahora no menos olvidado que el yunque y el libro.

La Nueva España · 12 junio 2010